"Recupera el Control: La Fuerza de Decidir por Ti Mismo"

Publicado el 20 de agosto de 2024, 10:16

 

 

 

Hoy quiero hablar sobre un tema crucial en nuestras vidas: la toma de decisiones y la importancia de asumir la responsabilidad por ellas. Es vital que tomemos conciencia de cómo nuestras elecciones, tanto las que hacemos como las que evitamos, moldean nuestra realidad. En la vida, llega un momento en el que ya no podemos seguir culpando a los demás por lo que somos o por lo que hacemos. Aunque nuestra personalidad se forma en gran parte por influencias externas—como los valores, creencias y patrones que aprendemos en nuestra infancia—eventualmente alcanzamos un punto en el que debemos tomar las riendas de nuestras vidas. Aquí es donde entra en juego la autoresponsabilidad.

Autoresponsabilizarse implica reconocer que, aunque no pudimos elegir las circunstancias de nuestro pasado, sí podemos decidir cómo respondemos a ellas en el presente. Nos empeñamos en culpar a los demás, a la sociedad, a nuestras familias, por cómo nos enseñaron a ser, por lo que nos hicieron hacer. Es fácil caer en la trampa de pensar que no tenemos el control, pero en realidad, siempre estamos tomando decisiones, incluso cuando decidimos no hacer nada.

Cuántas veces hemos dicho esa famosa frase: "Yo no he hecho nada", sin darnos cuenta de que  "no hacer nada" también es una elección con consecuencias. Cuando evitamos tomar una decisión, estamos, en esencia, permitiendo que otros decidan por nosotros, cediendo así el control de nuestra vida. Esta es una postura peligrosa, porque poco a poco nos desvinculamos de nuestra propia existencia, dejándonos llevar por corrientes que no hemos elegido conscientemente.

Lo preocupante de ceder el control de nuestras vidas es que, a menudo, nos lleva a perdernos en el camino. Sin darnos cuenta, podemos acabar viviendo una vida que no tiene nada que ver con quiénes somos en realidad. Nos alejamos de nuestras verdaderas aspiraciones, de nuestros sueños más profundos, y de aquello que nos hace sentir plenos y auténticos. De repente, un día nos despertamos y nos damos cuenta de que estamos atrapados en una vida que no hemos elegido, en un trabajo que no nos satisface, en relaciones que nos desgastan, y en rutinas que no nos llenan. Todo esto, simplemente por haber permitido que otros tomen decisiones por nosotros.

Este desvío del camino puede llevarnos a una espiral peligrosa de culpa y resentimiento. Al no reconocer que somos los responsables de nuestras propias decisiones—o de nuestra falta de acción—comenzamos a responsabilizar a los demás por nuestra insatisfacción. Pensamos que son otros los que nos han puesto en esta situación, que son ellos los que nos han fallado. Pero en realidad, hemos sido nosotros quienes, al no tomar las riendas, hemos permitido que esto ocurra.

Un factor que muchas veces nos atrapa en este ciclo es el miedo al cambio. Nos justificamos constantemente, poniendo excusas para no asumir el control de nuestras vidas, porque hacerlo nos enfrenta a la incertidumbre, a lo desconocido. Nos convencemos de que es mejor quedarnos donde estamos, por muy insatisfechos que estemos, porque el cambio asusta. Es más fácil quedarse en la zona de confort, aunque esa zona esté llena de insatisfacción y tristeza.

Por ejemplo, pensemos en la persona que tiene un trabajo en el que es completamente infeliz. Día tras día, se levanta con una sensación de pesadez, de vacío, pero se dice a sí misma que es lo mejor que puede hacer. "¿Dónde iré si dejo este trabajo?", se pregunta, convenciéndose de que no hay otras opciones, que es mejor aguantar que enfrentarse al reto de buscar algo nuevo. Esta persona, en lugar de poner energías en encontrar una alternativa que le aporte felicidad y satisfacción, pierde el tiempo y sus fuerzas en soportar una situación que le desgasta. Aquí es fundamental entender que "no hacer nada" también es una decisión, y una que lleva consigo consecuencias. Si decides no cambiar, si decides permanecer en ese trabajo infeliz, es tu elección. Pero es crucial que asumas plenamente las consecuencias de esa decisión, que aceptes el peso de lo que eso significa para tu vida, para tu bienestar mental y emocional.

Es cierto que, a veces, la idea de cambiar de trabajo, de romper con lo conocido, puede ser aterradora. Puede que no sepas por dónde empezar o que te sientas perdido ante tantas posibilidades. En estos casos, buscar ayuda es una opción válida y necesaria. Hablar con un mentor, un coach, un amigo o un profesional puede proporcionarte la claridad y el apoyo que necesitas para tomar una decisión informada y consciente. Pero es muy importante recordar que "buscar ayuda no significa delegar la decisión en otra persona." La función de quien te asesora no es decidir por ti, sino darte las herramientas necesarias para que puedas tomar la decisión que mejor te convenga, que sea única y exclusivamente tuya.

Muchas veces, cuando pedimos consejo, algunas personas intentan imponer su punto de vista, creyendo que saben lo que es mejor para nosotros. Sin embargo, no se trata de encontrar una decisión "buena" o "mala", sino de encontrar una decisión que esté en sintonía con nuestros valores, con lo que sentimos y deseamos en lo más profundo de nuestro ser. Las decisiones que tomamos deben resonar con nuestra verdad interior, y mientras las consecuencias de esas decisiones estén alineadas con quienes somos realmente, todo está bien.

Cuando no lo hacemos cuando ponemos excusas y justificaciones son esas mismas las que nos mantienen atrapados en vidas que no nos pertenecen realmente. Nos alejan de quienes somos y de lo que realmente queremos. Pero es fundamental recordar que tenemos el poder de cambiar nuestra situación en cualquier momento. Podemos decidir dejar ese trabajo que nos consume y buscar algo que nos llene de satisfacción. Podemos elegir alejarnos de relaciones tóxicas y abrirnos a la posibilidad de encontrar personas que nos aporten bienestar y crecimiento. No existe un pronto o un tarde no existe un tiempo, el tiempo es sin duda una más de nuestras justificaciones para seguir enganchados a una vida que no es nuestra.

Salir de este ciclo requiere valentía y autoconciencia. Necesitamos detenernos y hacer una pausa para reflexionar sobre nuestras vidas. Preguntarnos honestamente: ¿Estoy viviendo la vida que quiero vivir? ¿O estoy simplemente dejando que otros decidan por mí? La verdad es que, si queremos una vida que refleje quiénes somos realmente, debemos empezar a tomar decisiones conscientes y a asumir la responsabilidad total por ellas. Solo así podremos romper la rueda, salir de la espiral de insatisfacción, y comenzar a vivir una vida auténtica, alineada con nuestros verdaderos deseos y valores.

En última instancia, cada elección que hacemos nos acerca o nos aleja de la vida que realmente queremos vivir. Si queremos vivir una vida plena, alineada con nuestros valores y deseos más profundos, debemos asumir la responsabilidad total de nuestras decisiones. Sólo cuando lo hacemos, cuando realmente tomamos el control, podemos comenzar a construir la vida que deseamos y merecemos.

 

Para concluir, quiero invitarte a hacer una pausa y reflexionar profundamente sobre tu vida actual. A veces, el ritmo frenético del día a día nos impide detenernos y evaluar si realmente estamos viviendo la vida que deseamos, la vida que nos hace sentir realizados y en sintonía con quienes somos en nuestro interior. Te animo a que te hagas las siguientes preguntas:

1. ¿Estoy viviendo una vida que realmente resuena con mis valores y principios?
2. ¿Me siento pleno y satisfecho con las decisiones que he tomado hasta ahora, tanto en mi vida personal como profesional?
3. ¿Las decisiones que tomo diariamente me acercan o me alejan de mis sueños y objetivos?
4. ¿Estoy tomando el control de mi vida o estoy dejando que otros lo hagan por mí?
5. Cuando enfrento decisiones difíciles, ¿busco el consejo de otros para obtener herramientas y claridad, o estoy delegando mis decisiones a ellos?
6. ¿Siento que mis acciones están alineadas con lo que realmente quiero, o estoy justificando mi inercia por miedo al cambio?

Recuerda, el objetivo de estas preguntas no es juzgar si tus decisiones son "buenas" o "malas". Aquí no estamos buscando una respuesta correcta, sino más bien, una que sea auténticamente tuya. La clave está en saber si las decisiones que estás tomando te acercan a la vida que tú quieres, y no a la vida que otros esperan de ti.

Si al responder estas preguntas te das cuenta de que hay áreas en tu vida donde no estás alineado con tus ideales, o sientes que estás tomando decisiones que no te llevan a donde realmente quieres estar, te animo a que tomes acción.

Estar alineado con nuestros verdaderos deseos y valores no es solo un ideal, es una necesidad para vivir una vida auténtica y plena. Si sientes que necesitas apoyo para encontrar tu camino, para reconectar con tus aspiraciones más profundas o para tomar las riendas de tu vida de manera consciente, estaré encantado de ayudarte. Desde el coaching y la inteligencia emocional, podemos trabajar juntos para que encuentres las herramientas necesarias para tomar decisiones que te permitan vivir la vida que realmente deseas.

No dudes en ponerte en contacto conmigo para explorar cómo puedo acompañarte en este proceso de transformación y crecimiento personal. Recuerda, el primer paso hacia el cambio comienza con una decisión, y esa decisión está en tus manos.

 

Espero que esta reflexión te haya brindado claridad y motivación para tomar las riendas de tu vida. Si encuentras que este mensaje resuena contigo, te animo a compartirlo con aquellos que también podrían beneficiarse de él. ¿Cómo estás manejando tus decisiones en tu vida? ¡Déjame tu comentario y cuéntame tu experiencia!

Agradezco sinceramente el tiempo que has dedicado a leer esta entrada. Tu atención y participación son muy valiosas.

Con aprecio,

Anabel Valero

 

 

Añadir comentario

Comentarios

David
hace 2 meses

Nunca mejor explicado ,así es salir de la zona de confort es sin duda lo más difícil que uno pueda hacer ,pero cuando lo haces y ves que en realidad es el miedo ,empiezas a ver las cosas de otra manera .